domingo, 27 de marzo de 2011

Bitácora de Guerra.(En memoria de los inocentes caídos en medio oriente)

Sigo temblando como ayer, 
como hace días que no recuerdo, 
pero hoy el cielo se sigue iluminando a cada instante, 
me olvide ya si soy hijo o si soy padre, 
me olvide que se siente soñar, 
que se siente reír, 
que se siente un abrazo, 
me olvide hacia donde el tiempo corre, 
me olvide ya de mi y de mi nombre, 
me olvide ya de mucho, 
y me pregunto si quizá Dios también me ha olvidado; 
porque soy dolor, soy despojo, 
soy hambre, soy basura; 
ya no sé donde están aquellos que despertaban junto a mí, 
no sé si se los llevo un trozo de metal para siempre, 
no lo sé..., 
pero siento que ya no comeré junto a ellos de nuevo 
un trozo de pan por las noches antes de dormir, 
antes de soñar en ese maldito mañana que se negó a llegar, 
que nos abandonó a nuestra suerte, 
pero ¿por qué? !dime dios¡ ¿por qué?, 
¿por qué sigo aquí?, ¿por qué no he muerto también?, 
como muchos como yo, 
¿acaso merezco más sufrimiento que aquellos?, 
mientras la muerte se pasea como reina por las calles, 
trayendo sus vestidos de gala, 
con demonios que le besan los pies; 
oigo gargantas desgarradas a lo lejos 
que gritan una sarta de estupideces a su dios, 
que los ha abandonado como si los odiase 
como si lo merecieran, 
como si la vida se hubiera equivocado con ellos 
y se arrepiente para dejarlos morir como gusanos.

El sol de nuevo sale pero hoy no; 
hoy no cantan junto con él las aves, 
solamente el aire deja su olor a muerte, 
y yo sigo aquí testigo del infierno aferrado a este rincón, 
preguntándome de nuevo, 
¿Dónde está Dios?, ¿Dónde está mi hermano el hombre?, 
¿a qué acantilado se tiro el amor? 
Y ¿cuál fue su decepción?

Los sueños volaron ya tan alto que el sol los ha vuelto carbón, 
por que nunca merecimos soñar, 
ni esos niños haber nacido, 
esos niños, 
!pobres niños¡, 
pedacitos de mi alma que se caen como escamas hacia la tierra seca, 
Dios los ha de estar esperando en su gloria, 
como a mi desde aquellos incontables días.

Me sigo haciendo las mismas preguntas una y otra vez, 
si tan sólo supiera si el mañana llegará de nuevo, cuando valga la pena vivir, 
cuando las flores florezcan de nuevo en los jardines, 
cuando esas avecillas canten de nuevo, 
cuando esos niños rían de nuevo por las calles 
llevando sus juguetes que resuenan al compás de sus mágicos jueguecitos; 
mi alma se despedazara de nuevo al volver a esta maldita realidad 
causada por mi hermano, mi hermano el hombre, 
solo gritos desde de mi interior resuenan, 
!maldita sea! de nuevo las mismas preguntas.

Hoy a amanecido de nuevo, 
ya no hay sonidos ni voces desesperadas, 
ya no, ya no más dolor, 
el dolor que me decía que seguía vivo, 
dolor que ya no siento; 
escucho un canto jamás cantado y solo veo luz, 
creo que el final ha llegado, 
!si! Este apacible final tan esperado, 
el final de esta cruda realidad, 
el lienzo fresco del viento cerrara mis ojos por última vez para llevarme allí, 
si, allí en donde el Señor me ha estado esperando desde aquellos días..., 
aquellos incontables días.